EXPERIENCIAS/URBAN PRACTICES_EX22
CIUDAD Y TERRITORIO ESTUDIOS TERRITORIALES
ISSN(P): 1133-4762; ISSN(E): 2659-3254
Vol. LVII, Nº 226, INVIERNO 2025
Págs. 1002-1017
https://doi.org/10.37230/CyTET.2025.226.22
CC BY-NC-ND
Lucila Urda-Peña (1)
Clara Eslava-Cabanellas (2)
(1) Profesora Ayudante Doctora. Escuela de ingeniería de Fuenlabrada. Universidad Rey Juan Carlos (URJC)
lucila.urda@urjc.es; https://orcid.org/0000-0001-7775-0422
(2) Profesora Asociada. Creative Campus. Universidad Europea de Madrid (UEM)
cec@eaaestudio.com; https://orcid.org/0000-0002-6063-4166
Se presenta la experiencia del proyecto A flor de yeso, un sector del Bosque Metropolitano de Madrid localizado en el sureste madrileño. Se propone un acercamiento al paisaje periurbano, observando su complejidad y planteando estrategias para su posible consolidación y regeneración territorial. Se requiere una revisión de conceptos para abordar estos escenarios considerados marginales, los actores y las lógicas operativas que los generan, resultando especialmente pertinente la noción de paisajes operativos o servidores. Se identifican distintos paisajes que integra como un crisol, el periurbano del sureste: los primitivos o preexistentes, los planificados o diseñados y los olvidados o espontáneos. Para su regeneración y reterritorialización, se consideran los distintos paisajes identificados, la recuperación de la memoria del lugar y los vínculos o sinergias entre actores y paisajes.
Palabras clave
Periurbano; Paisajes; Actores; Memoria; Regeneración; Reterritorialización.
The experience of the project A flor de yeso is presented, a sector of the Metropolitan Forest of Madrid located in the southeastern part of the city. An approach to the peri-urban landscape is proposed, observing its complexity and proposing strategies for its possible consolidation and territorial regeneration. A review of concepts is required to address these marginal scenarios, the actors and operational logics that generate them, making the notion of operative or server landscapes particularly pertinent. Different landscapes are identified that integrate like a melting pot in the southeastern peri-urban area: the primitive or pre-existing, the planned or designed, and the forgotten or spontaneous. For their regeneration and reterritorialization, the different identified landscapes, the recovery of the memory of the place, and the links or synergies between actors and landscapes are considered.
Peri-urban; Landscapes; Actors; Memory; Regeneration; Reterritorialization.
Imagen de cabecera: Imagen original, elaborada y cedida por Eslava y Tejada arquitectos
CRÉDITOS DEL PROYECTO
PROYECTAR DESDE LOS MÁRGENES. EL TERRITORIO DEL SURESTE MADRILEÑO
NOMBRE
A Flor de yeso. El anillo del sureste. Bosque Metropolitano de Madrid
LOCALIZACIÓN
Sureste del término municipal de Madrid
FUNCIÓN
Infraestructura verde
PROMOTOR
Ayuntamiento de Madrid
AUTOR/ AUTORES
A flor de Yeso. Eslava y Tejada arquitectos, Gestión Integral del Suelo, Uxama ingeniería.
FECHA (DE PROYECTO Y DE EJECUCIÓN)
2022-24
SUPERFICIE
3000 ha
DESARROLLO
Plan Especial, Anteproyectos Forestales, Proyectos constructivos de dotacionales y de Ecoconectores.
CREDITOS DE LAS IMÁGENES
Originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos.
En el año 2020, el Ayuntamiento de Madrid convoca el concurso del Bosque Metropolitano de Madrid, una ambiciosa propuesta para la planificación y desarrollo de una infraestructura verde en anillo, divido en 5 sectores. En este artículo se presenta el proyecto desarrollado del sector 3, denominado “el anillo verde del sureste”, un paisaje periurbano árido, que se caracteriza por su enorme fragmentación, seccionado por grandes infraestructuras, como un archipiélago de islas de suburbanización residencial, por la presencia de actividades vinculadas a la gestión de residuos dependientes del conjunto metropolitano, y por su grave degradación, con situaciones de marginalidad y grandes áreas cubiertas por vertidos de residuos irregulares, en colisión con ecosistemas valiosos y frágiles, en relación con el Parque Regional del Sureste (Fig. 1).
FIG. 1. Esquema de localización del ámbito de estudio en el municipio de Madrid y relación del área del municipio con el Parque Regional del Sureste (PRS)
Fuente: Imagen original, elaborada y cedida por Eslava y Tejada arquitectos
La infraestructura se presenta como la última posibilidad de consolidar un anillo para la ciudad de Madrid, al encontrarse ya su crecimiento con los límites del término municipal. No obstante, para el logro de una transformación sistémica que trascienda los límites de la actuación, son claves otras estrategias complementarias. Por un lado, en los desarrollos: la penetración radial en el tejido consolidado mediante corredores verdes urbanos, la permeabilidad de las vías de borde de los nuevos desarrollos y la reducción y porosidad de las superficies urbanizadas pavimentadas. Por otro lado, en las zonas verdes se propone la conexión ecológica de los fragmentos mediante ecoconectores, la consideración de la red hídrica de microcuencas de escorrentía, la recuperación de la red histórica de caminos en continuidad, la colonización con especies vegetales adaptadas y nuevas actividades vinculadas a la memoria del lugar (Fig. 2).
FIG. 2. Escenario futuro del contacto entre áreas forestales y la vía de borde de los desarrollos urbanos, con equipamientos vinculados a la memoria del lugar
Fuente: Imagen original, elaborada y cedida por Eslava y Tejada arquitectos
El anillo verde del sureste abarca un territorio extenso, con una superficie de aproximadamente 3000 ha, caracterizado como un paisaje árido asentado en suelos yesíferos, alejado de la imagen más habitual de parque periurbano. Frente a las expectativas que genera la denominación de la infraestructura como bosque, se requiere un reconocimiento de otras cualidades intrínsecas al lugar y la identificación de sus problemáticas específicas, ambientales, sociales, funcionales. Para reconocer y profundizar en estas problemáticas, se requirió identificar los procesos generadores del periurbano del sureste madrileño y sus dinámicas de transformación.
Se trata de un territorio que requiere ser comprendido como un crisol de paisajes, para revelar sus posibilidades y regenerar su propia identidad, concluyendo la importancia de dos grandes retos: la recuperación de la memoria del lugar y la reconexión de los vínculos o sinergias entre actores y paisajes. En definitiva, el proyecto reconsidera las posibilidades de transformación de un paisaje marginal en un nuevo paisaje integrador con identidad propia y con una riqueza oculta: la belleza árida de los márgenes del sureste.
En suma, se persigue la regeneración de un paisaje diverso, yuxtaposición de paisajes de distinta naturaleza, que pasa por la ponderación de los actores clave, la propuesta de acciones estratégicas, la definición de umbrales críticos, la generación de nuevas prácticas, y la revelación de los anclajes en la memoria, sin despegarse en ningún momento de la realidad y las dinámicas operativas del territorio.
El proyecto se entiende como generador de conocimiento (Vigano, 2016), como soporte sobre el que validar el modelo elaborado desde la reflexión conceptual, para conocer, interpretar y transformar un territorio. Se plantea una reformulación del paisaje periurbano, concebido como palimpsesto o superficie borrada y sobrescrita una y otra vez (Corboz, 1983; Alonso, 2024), como escenario territorial del capitaloceno o transformación del paisaje y del medio ambiente a una escala sin precedentes en la historia (Moore, 2017) considerando sus dinámicas de desterritorialización e identificando los actores sin territorio, aquellos que lo dirigen y gestionan, pero que no tienen ningún vínculo de proximidad, cultural, social o afectivo (Dematteisy Governa, 2005) y el territorio sin actores, ese espacio indeterminado, que se reconoce como carente de valor para los sistemas especulativos.
La reflexión que sustenta el proyecto se enmarca en coherencia con los planteamientos de un marco teórico de partida, que se desarrolla en forma de estrategia de trabajo aplicada al contexto del paisaje periurbano, tratando de contribuir a reformular las bases y claves a perseguir, desde la investigación y análisis del territorio (Monclús, 1998), hasta la definición de la propuesta y su posterior implementación y gestión en el tiempo. Se formulan preguntas de diverso alcance: sobre la necesidad de un marco teórico, sobre la adecuación de las herramientas de proyecto al paisaje periurbano; sobre la propia pertinencia de la iniciativa municipal como anillo verde y sobre las posibilidades y las dificultades para llevar a cabo una transformación efectiva en los márgenes urbanos del sureste del municipio, uno de los ámbitos más complejos y castigados de Madrid. Entonces, ¿cómo recuperar la territorialidad en un entorno tan degradado? ¿cómo encontrar signos de identidad y memoria? “¿cuáles son los primeros pasos para redefinir el ámbito y reconducir los procesos para dirigirlos hacia modelos de sostenibilidad territorial permitiendo la autorreproducción sostenible de los sistemas territoriales?” (Dematteis y Governa, 2005) Como afirma Harvey, nos enfrentamos a “un problema común: cómo planificar la construcción de las siguientes capas en el palimpsesto urbano para responder a los futuros deseos y necesidades sin violentar todo lo que ya desapareció. Un reto posible desde la identificación del locus de la memoria colectiva, de la identidad política y de los potentes significados simbólicos” (Harvey, 2014).
El proyecto se apoya, por tanto, en un marco teórico que permite orientar el proceso de trabajo, observar y analizar con mayor consistencia las causas de carácter económico que han provocado un palimpsesto semejante, identificando los actores que lo están produciendo, así como las políticas que lo rubrican. Los conceptos que sustentan el propio marco teórico contribuyen así mismo a una toma de decisiones más consciente en las fases de propuesta de un proyecto que trata de recuperar los valores propios del territorio partiendo de su concepción como un crisol de paisajes que se entrelazan.
Se analiza el sureste madrileño como un constructo integrado por el primer paisaje o paisaje primitivo, cuya naturaleza e historia son previas a la transformación urbana, el segundo paisaje o el paisaje intervenido de forma planificada, y el tercer paisaje (Clément, 2007) o el paisaje espontáneo que se desarrolla sobre el escenario humanizado, terreno fértil para acoger una gran biodiversidad natural, pero también cultural. Se incorporan al proyecto estos paisajes como conceptos referentes y se trasladan a la práctica, desvelando su presencia en las fases de trabajo iniciales, analíticas, e incidiendo posteriormente sobre ellos con las propuestas para la regeneración de los diversos paisajes que conforman este singular territorio.
Pero también, y fundamentalmente, el sureste integra un paisaje operativo (Brenner y Katsikis, 2020) generado por dinámicas productivas al servicio de la urbe desde su condición de margen, de límite de la misma. Se observa que el sureste madrileño resulta especialmente dependiente de flujos de necesidad y dinámicas de rentabilidad urbanas propias del denominado capitaloceno, que son ajenas al propio territorio que atraviesan. Desde una apreciación funcional y económica, el periurbano del sureste madrileño es un paisaje servidor a nivel local y global, un paisaje operativo (Brenner, 2004) que está definido y configurado por la búsqueda de beneficios y ganancias, de acuerdo con la “dinámica que ha provocado el estallido de la relación entre las aglomeraciones y los paisajes operativos en configuraciones geográficamente discontinuas, globalizadas, especializadas e indirectamente relacionadas” (Katsikis, 2019, p.5) Desde una apreciación física y estratégica, el periurbano del sureste madrileño es un paisaje disponible, sin caracterizar, dependiente de las dinámicas de utilidad y rentabilidad mencionadas, pero también puede llegar a ser un paisaje con valor propio, capaz de albergar vida, resiliente en su pobre naturaleza (Dorrian y Rose, 2003)
El proyecto del anillo del sureste, denominado A flor de yeso, parte de la comprensión del territorio poniendo el foco en las siguientes dimensiones:
–Identificación sobre el territorio de los diversos paisajes del periurbano: en primer lugar, los paisajes primitivos o preexistentes; en segundo lugar, paisajes planificados o diseñados; finalmente, y el denominado tercer paisaje, paisajes olvidados que se generan espontáneamente sobre los anteriores.
–Identificación sobre el territorio de las complejas dinámicas que conforman el crisol de paisajes sociales y ambientales característico del sureste madrileño: los paisajes operativos o servidores implican al conjunto de la urbe, mientras se implantan en el periurbano del sureste.
–Identificación sobre el territorio de los puntos y/o umbrales críticos de los desarrollos del sureste y de las infraestructuras que debilitan la infraestructura verde e incrementan la fragilidad del territorio en base al crecimiento y necesidades de la urbe.
El proyecto del anillo del sureste, denominado A flor de yeso, se propone los siguientes objetivos:
–Reconexión de un territorio gravemente fragmentado por las grandes infraestructuras mediante la recuperación de la red histórica de caminos y nuevos ecoconectores estratégicos.
–Repoblación vegetal teniendo en cuenta la aptitud territorial, la adaptación de especies a un entorno árido, así como las diversas funciones y beneficios de la vegetación.
–Restauración del suelo, abordando la problemática de los residuos irregulares y considerando el singular valor de escorrentías y arroyos de la red hídrica del sureste.
–Recuperación de la memoria de cada lugar significativo del ámbito, investigando y valorando las diversas actividades que acogió a lo largo de la historia.
–Reconexión de vínculos entre los actuales actores y el territorio, proponiendo actividades pertinentes, en diálogo con el lugar.
La propuesta para la regeneración paisajística y la reterritorialización del sureste madrileño integra estrategias ambientales, sociales y culturales. Se apoya en la puesta en valor de aspectos como la memoria del lugar, su patrimonio productivo, sus vestigios arqueológicos, sus paisajes funerarios, sus vías pecuarias y su tradición agrícola. Pero también propone la generación de actividades pertinentes y paisajes valorizados, que conformen una nueva identidad para los residentes recién llegados. Se trata de una reconceptualización de los espacios marginales, espacios olvidados o espacios servidores, otorgándoles nueva funcionalidad y significado, como es el caso de la iniciativa de un cementerio naturalizado que pone en valor el paisaje original, próximo a los Cantiles del Manzanares.
Se define una metodología de trabajo construida desde la conceptualización del marco teórico, teniendo en cuenta los distintos paisajes que se integran en el territorio tanto en las etapas de análisis y diagnóstico, como en la etapa de propuesta, definiendo objetivos, estrategias y actuaciones. Se integran categorías novedosas enfocadas desde y hacia el paisaje periurbano, para concretar líneas de acción que articulan la materialización de la propuesta a través de distintas herramientas de proyecto, como son los instrumentos de planificación urbanísticos o los proyectos concretos para el desarrollo de actuaciones abordando distintas escalas y problemáticas, sean infraestructurales, forestales o dotacionales. En síntesis, se han seguido los pasos siguientes:
–Análisis del territorio, desde los conceptos de primer, segundo y tercer paisaje.
–Identificación de los paisajes operativos del sureste, desde su origen hasta la actualidad.
–Localización y estudio de los diferentes agentes actores del territorio del sureste.
–Síntesis y valoración interdisciplinar de la problemática de desterritorialización del sureste.
–Definición de ejes transversales y líneas de intervención para la transformación del sureste.
–Definición de instrumentos urbanísticos, fórmulas de gestión y figuras de proyecto óptimas.
–Elaboración de documentos determinando las actuaciones sin perder la perspectiva interdisciplinar.
El análisis del territorio atendiendo a los conceptos de primer, segundo y tercer paisaje requiere un abordaje interdisciplinar habitual en los trabajos territoriales, que se particulariza aplicado a cada uno de los paisajes, marcados por el predominio de disciplinas y problemáticas diversas. Así, el enfoque patrimonial, tangible e intangible, histórico y natural sería característico del primero; el enfoque urbanístico y económico, aplicado tanto a los nuevos desarrollos como a las infraestructuras y actividades que explotan el territorio sería clave en el segundo; finalmente el enfoque ecosistémico resulta clave para comprender y proyectar el tercer paisaje. Se consideran actuaciones correctoras de los impactos del segundo paisaje sobre el primero, con herramientas que reconsideran las prácticas clásicas de ingeniería, reconectando ámbitos fragmentados y adoptando soluciones basadas en naturaleza e impulsando las dinámicas espontáneas de colonización vegetal y faunística que se producen en un entorno profundamente alterado. Abordar el territorio desde la perspectiva del paisaje operativo implica adicionalmente comprender dinámicas externas que afectan al propio ámbito, lo ocupan y lo explotan, teniendo en cuenta la mencionada noción de agentes sin territorio. Finalmente, la reterritorialización implica proyectar teniendo en cuanta los actores actuales y futuros que habitan y/o habitarán el sureste madrileño.
El sureste madrileño es actualmente uno de los mayores nichos de suelo para el crecimiento de la ciudad, a través de grandes ensanches residenciales, situados entre el paisaje de la ciudad consolidada y el denominado paisaje operativo, históricamente enfocado a la industria extractiva y actualmente a la gestión de residuos. Así, la actual línea 9 de metro se apoya en el histórico trazado ferroviario que obedecía al transporte de material de construcción que sirvió a Madrid, procedente de las extracciones yeseras y tejerías del sureste. Las grandes infraestructuras rodadas y ferroviarias que lo atraviesan y seccionan son también muestra de ello, pues sirven a otras necesidades y territorios distantes, ajenas a los valores ambientales y arqueológicos del ámbito, como es el caso del poblado Carpetano de la Gavia, o la extracción prehistórica de sílex en Los Cerros. (Fig. 3). Así mismo, los desarrollos urbanos que empujan la ciudad ocupando sus propios márgenes, agotan los recurso de un periurbano cuya identidad se desconoce mientras se niega su morfología. Finalmente, la gestión de residuos y las industrias extractivas que se han implantado históricamente en el sureste, explotan los recursos y generan graves impactos ocupando el suelo disponible, al servicio de la ciudad consolidada.
FIG. 3. Infraestructuras y fragmentación del territorio. El archipiélago de los desarrollos urbanos
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
El proyecto parte de la hipótesis de la importancia de la infraestructura verde para reconectar y cohesionar este territorio, comprendido como crisol de paisajes, desde el reconocimiento de su patrimonio histórico e industrial, hasta la evolución de sus actuales actividades.
El sureste da respuesta a la necesidad de crecimiento de la ciudad, a través de grandes ensanches residenciales que albergarán miles de viviendas situadas entre el paisaje de la ciudad consolidada y paisaje operativo. Un territorio que históricamente ha servido a los crecimientos urbanos y ha sido especialmente receptor de impactos ambientales, que afectan directamente a sus habitantes. La corona sureste madrileña es clave para el funcionamiento de la ciudad: en ella se encuentran las grandes infraestructuras de gestión de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), residuos inertes, residuos peligrosos, con sus correspondientes vertederos e incineradora, así como las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR). Adicionalmente, se superpone transversalmente la grave problemática de los vertidos irregulares, que degradan enormes extensiones (Fig. 4).
FIG. 4. Actividades históricas y actuales de transporte, vertido y/o gestión de residuos urbanos
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
Siguiendo los conceptos previamente definidos, el paisaje primitivo del sureste es un paisaje gipsícola, que no encaja fácilmente en el imaginario rural, pero que representa el valor de los suelos áridos, su biodiversidad, botánica y geológica, también histórica y cultural. Formado por suelos hasta ahora sin uso, que se reflejan en planeamiento como zonas verdes o como suelos no urbanizables dependiendo del caso, no responden a lógicas productivas, por sus condiciones de difícil acceso o de relieve pronunciado, sin embargo, alojan una gran biodiversidad. Son suelos singulares, de encinar relíctico, en regresión, o flora gipsícola sobre formaciones geológicas con protección ambiental, vinculados al Parque Regional del Sureste (PRS), desde los Cerros y San Fernando, abiertos al valle del Jarama, hasta los Cantiles del Manzanares, entre Rivas Vaciamadrid y Getafe. El sector situado el área más meridional forma parte del parque Regional del Sureste, así como el Parque Regional entorno a los ejes de los cursos bajos de los Ríos Manzanares y Jarama. También cuenta con sectores dentro de la Red Natura 2000 Lic/Zec y ZEPA, con suelos frágiles degradados por prácticas no autorizadas, como el motocross. Se trata, en suma, de un paisaje protegido actualmente invadido por grandes extensiones de vertidos irregulares acumulados durante décadas, así como parcialmente ocupado por infraestructuras de gestión residuos, con sus consiguientes vertederos, transformado, por tanto, en un paisaje operativo.
El segundo paisaje está formado por el espacio público de los nuevos desarrollos residenciales, que se constriñe a los entramados que organizan las manzanas, de forma que la infraestructura verde urbana resulta en gran parte discontinua, ignorando mayormente las trazas de los corredores naturales (verdes y azules) y las redes de vías pecuarias preexistentes. La recuperación de corredores naturales o la transformación del viario en infraestructura verde resulta un eje de actuación clave.
El tercer paisaje del sureste madrileño acontece incontroladamente, generando interesantes escenarios de colonización espontanea sobre las huellas del segundo, como es el caso de la aparición de ejemplares de Ulmus pumila, entre otras especies, en los caballones artificiales que rodean desarrollos urbanos como El Cañaveral, pero también nos muestran los límites de escenarios de degradación, cuya erosión y desertificación la naturaleza no es capaz de revertir por sí misma, como son los grandes taludes de terrenos cortados con pendientes y soleamientos máximos (Fig. 5).
FIG. 5. Mapa de biodiversidad y recursos ambientales del primer, segundo y tercer paisaje del sureste
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
La tradición agrícola y ganadera se ha desarrollado en la zona desde que los primeros grupos sedentarios del Neolítico se establecieran en las lomas del Sureste, hasta nuestros días. Los cerros elevados y los extensos herbazales y riberas en la confluencia de los ríos Jarama y Manzanares creaban el paisaje idóneo para la implantación de grupos humanos y el paso de los rebaños, de forma que fue tejiéndose una densa red de vías pecuarias en torno al eje principal de la Cañada Real Galiana, actualmente desafectada, a lo largo de la cual encontramos el mayor asentamiento irregular de España, consolidado a lo largo de las últimas cinco décadas. El sureste es, además, un territorio extraordinariamente rico en huellas y hallazgos arqueológicos a lo largo de distintos periodos de la historia y prehistóricos (Fig. 6).
FIG. 6. Mapa de hallazgos arqueológicos. Recuperación de la memoria e identidad territorial, generando rutas y centros de interpretación
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
Resulta clave reformular un marco teórico aplicado al periurbano de las grandes ciudades que sustente un análisis crítico y facilite estrategias de intervención integrales, un marco que ayude a entender los procesos que generan y transforman el territorio y poder definir las estrategias de intervención. Acercarse a un territorio periurbano con la complejidad del sureste madrileño requiere un abordaje desde perspectivas múltiples y con estrategias complementarias, cuyo reto fundamental es su reterritorialización (Figs. 7, 8 y 9), para lo cual se requiere reorientar, transformar o mitigar el impacto que lo urbano impone sobre lo periurbano:
–La generación de vínculos entre actores y territorio como recuperación de la memoria y proyección de futuro.
–La potenciación del tercer paisaje como estrategia regeneradora del paisaje primigenio y del humanizado.
–La reconversión de los diversos paisajes operativos como parte de la ciudad y no al margen de ella.
El proyecto se apoya en la puesta en valor de la memoria del lugar, su patrimonio productivo, sus vestigios arqueológicos, sus paisajes funerarios, sus vías pecuarias o la tradición agrícola, pero también en la generación de una nueva identidad para los nuevos y futuros residentes, así como una reconceptualización de los espacios servidores.
FIG. 7. Propuesta de reterritorialización. (A) Consolidación del suelo como infraestructura verde. (B) Recuperación de los vínculos actores-territorio. Equipamientos y actividades propuestos
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
FIG. 8. Propuesta de reterritorialización. (A) Continuidad ecológica: ecoconectores, penetración de corredores urbanos y vía de borde. (B) Redes de caminos propuesta basada en la red histórica y pecuaria. (C) Conectividad territorial y biodiversidad
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
El proyecto estratégico se configura con la superposición de tres capas fundamentales: las redes, las superficies y los elementos singulares. Las redes se reconstruyen desde el tejido de las trazas preexistentes y su extensión y consolidación hacia los nuevos desarrollos residenciales. Las superficies se recomponen a través de ámbitos diferenciados, considerando los preexistentes y los ampliados, obtenidos de permutas, o con la plantación de parcelas y viarios y aquellos considerados como especiales, como el cementerio o la cañada. Finalmente, los elementos singulares, propuestos como dotaciones vinculadas a actividades económicas previas o contemporáneas (extracción de sílex, pastoreo, economía circular, actividades deportivas y apertura y naturalización del cementerio)
El resultado es un complejo territorio reterritorializado, reforzando la imbricación entre los tres paisajes con los usos y actividades previos y propuestos, asumiendo su complejidad y proyectando un futuro posible, con un programa de gestión concreto que lo soporta.
Para su implementación de forma efectiva, se consideran además las figuras de planeamiento más apropiadas para cada una de las estrategias. La propuesta se materializa en distintos tipos instrumentos y proyectos, adoptando el más pertinente a cada finalidad: Plan Especial, Anteproyectos Forestales, Proyectos constructivos de dotaciones y de Ecoconectores y Proyectos de Corredores Ambientales y Corredores Verdes Urbanos. Cada uno de ellos consta de documentación completa, memoria y planos.
FIG. 9. Propuesta de reterritorialización. Estrategia forestal adaptada a las condiciones del paisaje primitivo, humanizado y operativo del sureste
Fuente: Planos originales, elaborados y cedidos por Eslava y Tejada arquitectos
Sin embargo, la urgencia cortoplacista de la rentabilidad operativa, junto con la rigidez del planeamiento urbanístico construyen enormes frenos y barreras para el proyecto del periurbano, por ese motivo resultan apremiantes proyectos estratégicos con objetivos definidos y acciones concretas. Las poderosas dinámicas generadoras de estos paisajes coexisten y continúan en paralelo a los procesos de estudio y de proyecto. Al igual que el jardín en movimiento contempla dinámicas que escapan a alcance de la planificación, las dinámicas del capitaloceno la superan igualmente. No obstante, es necesaria y urgente la definición de un horizonte de transformación, así como de actuaciones viables para alcanzarlo (Fig. 10).
FIG. 10. Propuesta de reterritorialización. Estrategia forestal proyectada desde el Cerro de la Herradura, vista el Cerrillo del Tesoro y al fondo, San Fernando de Henares
Fuente: Imágenes elaboradas y cedidas por Eslava y Tejada arquitectos
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