Estudios / Articles_E20
CIUDAD Y TERRITORIO ESTUDIOS TERRITORIALES
ISSN(P): 1133-4762; ISSN(E): 2659-3254
Vol. LVII, Nº 226, INVIERNO 2025
Págs. 960-983
https://doi.org/10.37230/CyTET.2025.226.20
CC BY-NC-ND
Marjorie Fernanda Chiquinta-Campos (1)
Raúl Gálvez-Tirado (2)
Oscar Victor Martin Vargas-Chozo (3)
(1) Arquitecta. Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT)
marjorie.chiquinta.c@gmail.com; https://orcid.org/0009-0008-9134-8972
(2) Docente de Arquitectura. Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT)
raulgalveztirado@gmail.com; https://orcid.org/0000-0003-4003-9826
(3) Docente de Arquitectura. Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT)
oscarvictormartin@gmail.com; https://orcid.org/0000-0002-6364-8846
El Santuario Histórico Bosque de Pómac, en el norte del Perú, posee una extensión de 5887,36 hectáreas de bosque seco ecuatorial, como la mayoría de los bosques tropicales, se enfrenta a una crisis de deforestación y degradación de su paisaje. El artículo aborda esta problemática y propone un análisis integral mediante el estudio de los ciclos de territorialización a través de la adaptación al contexto latinoamericano de la metodología de la escuela territorialista italiana basada en la Territorialización – Desterritorialización – Reterritorialización. Se propone la creación de un atlas patrimonial como herramienta de análisis histórico ambiental que sirve de fundamento para la propuesta de estrategias de conservación y desarrollo sostenible para el bien común del territorio.
Palabras clave
Patrimonio; Territorio; Paisaje cultural; Atlas.
The Pómac Forest Historical Sanctuary, in northern Peru, has an area of 5887,36 hectares of equatorial dry forest, like most tropical forests, it faces a crisis of deforestation and degradation of its landscape. The article addresses this problem and proposes a comprehensive analysis by studying the cycles of territorialization through the adaptation to the Latin American context of the methodology of the Italian territorialist school based on Territorialization – Deterritorialization – Reterritorialization. The creation of a heritage atlas is proposed as a tool for historical environmental analysis that serves as a foundation for the proposal of conservation and sustainable development strategies for the common good of the territory.
Heritage; Territory; Cultural landscape; Atlas.
Perú figura entre los diez países con mayor extensión de bosques en el mundo, siendo el cuarto en cuanto a superficie de bosques tropicales y el segundo con mayor cobertura forestal en América Latina, según datos del Ministerio del Ambiente (MINAM, 2015). Los bosques en Perú abarcan el ecosistema más extenso, con un total de 73 280 424 hectáreas, lo que representa el 57,3% del territorio nacional. Estos bosques se dividen generalmente en tres categorías: bosques húmedos amazónicos con el 53,9%, seguidos de bosques secos costeros, que representan un 3,2%, y finalmente, los bosques húmedos relictos andinos, que constituyen tan solo un 0,2% del total (MINAM, 2016). Sin embargo, la degradación y la deforestación continúan a un ritmo alarmante, contribuyendo considerablemente a la pérdida de biodiversidad según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2020).
Por un lado, los efectos del fenómeno del cambio climático, como las inundaciones e incendios forestales, por otro lado, las invasiones humanas, deforestación y la disminución en la calidad del suelo, han exacerbado los procesos de degradación de los bosques secos. Sin embargo, la principal causa del deterioro de este ecosistema es la deforestación y tala indiscriminada (MINAM, 2018). Lo que representa una amenaza tanto para la diversidad biológica como para las poblaciones locales que tienen una dependencia directa de estos sistemas naturales. La gradual disminución de la cobertura de bosques secos de algarrobo está teniendo un impacto negativo en las comunidades de la costa norte, especialmente en Lambayeque. Encontrándose estrechamente ligada a los recursos forestales, esto conlleva a una disminución en términos tanto ecológicos como socioeconómicos. Esta disminución afecta negativamente a los ingresos de las actividades económicas que se apoyan en estos ecosistemas (Cuentas-Romero, 2015).
Entre los bosques secos más representativos de Perú se encuentra el Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), un área de conservación natural ubicada en la costa norte peruana (Fig. 1). Este espacio natural es declarado por la Ley N° 26834 de Áreas Naturales Protegidas (ANP), por su valor como patrimonio histórico, arqueológico y natural, especialmente por la presencia de bosques secos de algarrobo y el sitio arqueológico de Sicán. La investigación propone esta área de estudio y tiene como objetivo identificar los ciclos de territorialización mediante un atlas patrimonial del Santuario Histórico Bosque de Pómac. La investigación se basa en una adaptación de la metodología TDR (Territorialización - Desterritorialización - Reterritorialización) de la escuela territorialista italiana, liderada por el geógrafo y teórico italiano Alberto Magnaghi, y constituye un recurso invaluable para comprender la conexión entre cultura, territorio y patrimonio en esta área geográfica.
FIG. 1. Mapa de Ubicación del Santuario Histórico Bosque de Pómac en el territorio peruano
Fuente: Elaboración propia consultando los documentos públicos de Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016, así como en el documento de MINAM
Dentro de este marco, el atlas patrimonial del Santuario Histórico Bosque de Pómac se presenta como una herramienta esencial para registrar, preservar y promover la territorialización del patrimonio tangible e intangible en la región de Lambayeque. La corriente territorialista entiende el territorio como un espacio vivo y dinámico, en el cual se entrelazan elementos culturales, sociales y naturales en una interacción constante (Magnaghi, 2014). Al adoptar la mirada territorialista, se busca no solo cartografiar los sedimentos físicos y cognitivos, sino también analizar las dinámicas históricas y sociales que han forjado este territorio único, fomentando así un enfoque holístico en la gestión y conservación del patrimonio. La perspectiva territorialista busca analizar la complejidad y la riqueza de la historia milenaria que ha sido moldeada por las interacciones entre las antiguas civilizaciones que la habitaron, facilitando una comprensión completa de la relación entre el entorno natural y la influencia cultural en este territorio.
El artículo se estructura en cuatro etapas. La primera se centra en la exposición y análisis de los principios teóricos relevantes, respaldados por una exhaustiva revisión de estudios previos que establecen el marco conceptual de la investigación. La segunda etapa detalla con precisión la metodología empleada, proporcionando una comprensión clara de los procedimientos y enfoques utilizados para la recopilación y análisis de datos. Posteriormente, la tercera etapa presenta los resultados obtenidos, acompañados de la discusión que contextualiza e interpreta los hallazgos en relación con el objetivo de la investigación. Finalmente, la última fase se dedica a la formulación de conclusiones significativas, destacando las contribuciones clave del estudio.
El patrimonio territorial, según Orozco-Salinas (2020), encapsula la memoria colectiva de una región, fusionando aspectos sociales, culturales y naturales. Este concepto emerge de la comprensión de cómo una región geográfica ha evolucionado a lo largo del tiempo debido a la interacción entre las poblaciones humanas y su entorno ambiental. Agrebi (2015) añade que el patrimonio territorial se manifiesta a través de elementos perceptibles e imperceptibles, generando un arraigo sociocultural en una comunidad y convirtiendo al territorio en la base de su identidad de la comunidad local. En este contexto, su apreciación no solo depende de su valor intrínseco, sino también de su aceptación por parte de la población (Ortega, 1998).
Para esta investigación, el patrimonio territorial comprende componentes y sistemas ambientales, urbanos, rurales, infraestructurales y paisajísticos, formados mediante procesos coevolutivos entre el asentamiento antrópico y el medio natural (Poli, 2012). Este patrimonio, sedimentado en signos y relaciones físicas, permite recuperar un corpus de reglas para su racionalidad metahistórica (Gisotti, 2012) como un bien común que requiere condiciones de reproducción, sostenibilidad y perdurabilidad para las futuras generaciones.
Las definiciones de paisaje desde un punto de vista occidental, particularmente las propuestas europeas y sudamericanas - Convenio Europeo del Paisaje y la Iniciativa Latinoamericana de Paisaje (LALI), respectivamente, tienen conceptos similares. El primero lo describe, como “cualquier porción del territorio tal como es percibida por la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos” (Consejo de Europa, 2000). Por otro lado, los países miembros de la LALI, definen el paisaje como “un espacio/tiempo resultado de factores naturales y humanos, tangibles e intangibles, que al ser percibido y moldeado por la gente, refleja la diversidad de las culturas” (Iniciativa Latinoamericana del Paisaje, 2020). En ambos casos se acentúa la relación entre los factores naturales y culturales.
Desde la perspectiva de la UNESCO (2009) los paisajes culturales se caracterizan como la manifestación conjunta de la naturaleza y la intervención humana. Ejemplifican la evolución de las sociedades y los asentamientos humanos a lo largo del tiempo, influenciados tanto por las limitaciones físicas como por las oportunidades proporcionadas por el entorno natural, así como por las diversas fuerzas sociales, económicas y culturales, tanto internas como externas. Asimismo, autores como Contin (2022) afirman que el paisaje cultural es el resultado de la evolución a lo largo del tiempo de la sociedad y los procesos naturales, así como de su interacción mutua.
La noción de patrimonio territorial, arraigada en el concepto de paisaje cultural de Sauer (Albarrán-Periáñez, 2016), es fundamental en la planificación y preservación de áreas geográficas. El paisaje, como parte esencial del patrimonio territorial, es una entidad física en constante transformación, donde la restauración del mismo se basa en la relación entre las poblaciones humanas y el entorno (Merino-Del-Río, 2021). Esto refleja la interacción entre los asentamientos humanos y el medio natural, puede regenerarse mediante iniciativas que busquen revitalizar esas interacciones coevolutivas al potenciar el patrimonio territorial. Este diálogo histórico y ambiental contribuye a mejorar el valor del patrimonio territorial y asegurar su viabilidad a largo plazo (Maggio, 2014).
La escuela territorialista propone un enfoque integral y participativo en la planificación y gestión del territorio, entendiendo este como un sistema complejo que integra dimensiones físicas, sociales, culturales y ambientales (Magnaghi, 2011). Su metodología busca fomentar un desarrollo local sostenible, respetuoso de la identidad y valores de cada lugar, mediante la activa participación comunitaria.
El reconocimiento del territorio revela valores estructurales y formas de suelo que inciden directamente en la comprensión de las operaciones constructivas y sobre los elementos de ordenación-regulación a utilizar. Se abre una vía metodológica para su ordenación, a partir del análisis de las relaciones y de la permanencia histórica de sus elementos. Toda propuesta de ordenación territorial debe ir acompañada de la previa discusión sobre su formación y crecimiento, es decir, desde su propia morfología, como combinación de las componentes territoriales (Sabaté-Bel, 1998, p. 235).
Este enfoque resalta la simbiosis entre patrimonio territorial y generación de paisajes culturales, a partir de la historia de ocupación y uso del suelo. Propone diseñar paisajes que valoren estas relaciones históricas, reforzando sostenibilidad y arraigo cultural. Tal aproximación, aplicada al Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), Lambayeque, resulta clave para comprender los factores que configuran su ambiente local y orientar su desarrollo sostenible.
En este ámbito, Gálvez-Tirado formuló una propuesta programática de adaptación al contexto local, según afirma: “La metodología de la escuela territorialista italiana, adaptada al contexto lambayecano, permite construir un atlas patrimonial del territorio desde sus unidades ecosistémicas, paisajes culturales y prácticas sociales emergentes” (2020, p. 142).
Este artículo desarrolla dicha propuesta en el SHBP, pasando del enunciado metodológico a la implementación cartográfica multicapas, la construcción del atlas patrimonial y la discusión de estrategias de conservación y desarrollo. El trabajo se apoya en dos repertorios metodológicos italianos: i) el PIT con valenza de Piano Paesaggistico – Regione Toscana, que articula estructura ecológica, valores patrimoniales y prácticas sociales, orientando la jerarquización de capas (Regione Toscana, s. f.); y ii) el PPTR – Regione Puglia, que aporta criterios y formatos para la lectura de unidades de paisaje y su traducción cartográfica, aplicados en los mapas temáticos del SHBP (Regione Puglia, s. f.)
Así, el artículo amplía lo planteado por Gálvez (2020) en: (i) la implementación de cartografía multicapas aplicada al SHBP; (ii) la construcción del atlas patrimonial como dispositivo de análisis histórico-ambiental; (iii) la aplicación del marco T–D–R a la secuencia territorial del bosque seco; y (iv) la formulación de lineamientos para la conservación y el desarrollo territorial.
Europa ha demostrado cómo la valoración del patrimonio territorial y la comprensión de la conexión entre la comunidad y el territorio pueden impulsar el desarrollo local a largo plazo. El reto, sin embargo, es adaptar estas prácticas a contextos distintos, como las regiones del Sur Global, marcadas por siglos de colonización y explotación de recursos y poblaciones (De-Bonis y Giovagnoli, 2019). Además, Watson (2009) sostiene que la brecha entre teoría y práctica de la planificación, es más evidente en el Norte Global, junto con desafíos como pobreza, desigualdad, informalidad, rápida urbanización y fragmentación espacial, requieren enfoques diferenciados en las ciudades del Sur Global. En este marco, el Laboratorio de Ciudades y Territorios en los Países del Sur del Mundo (LabPSM) desarrolla actividades de capacitación, investigación aplicada y acciones en ciudades y regiones de América del Sur (Paloscia y Tarsi, 2012)
Las metrópolis brasileñas han experimentado fuertes transformaciones, con contrastes entre distritos exclusivos y vastas periferias con escasa infraestructura (Nunes, 2012). Según Davis (2006), las ciudades del futuro en lugar de utilizar vidrio y acero, se sumergirá en zonas degradadas por la contaminación y la pobreza. Asimismo, Caldas, Nunes y Santos (2007) desarrollaron un programa de Desarrollo Local Sostenible en el barrio Mata Escura (Salvador), basado en investigación acción participativa con escolares, familias y vecinos. La economía solidaria articuló talleres productivos y artísticos. Para sostener estas iniciativas se creó el Laboratorio de Desarrollo de Tecnologías Sociales (LTECS), en cooperación con UNEB y UNIFACS, destinado a proyectos tecnológicos para recuperar áreas urbanas degradadas e integrar actores sociales mediante alianzas con universidades y empresas (Caldas y Nunes, 2002).
Además, Santa Leopoldina (Espírito Santo, Brasil) se aplicó un enfoque inspirado en la escuela territorialista italiana, centrado en el patrimonio territorial y la participación infantil. Niños de tres escuelas públicas (una rural y dos urbanas) representaron el patrimonio local mediante cartografías perceptivo-cognitivas y técnicas, integrando juegos y actividades colectivas en espacios públicos (De-Andrade, 2020).
En Cuba, se elaboró el atlas del patrimonio territorial de Guanabacoa, considerando al territorio como recurso estratégico. La investigación teórico-metodológica incluyó contactos con técnicos y expertos locales, identificando valores urbanos, patrimonio arquitectónico, áreas verdes y patrimonio inmaterial. A partir de estos elementos se formularon tres propuestas: fortalecer un turismo ambientalmente responsable, revalorizar los recursos hídricos y promover la agricultura urbana y periurbana (Paloscia y Moretti, 2012).
Asimismo, en Guatemala, se realizó el proyecto “Los niños transforman la ciudad: un laboratorio de diseño participativo”, con el fin de ampliar la participación ciudadana, especialmente de jóvenes y adolescentes (Tarsi, 2012). Según Paba y Pecoriello (2006, p. 15), “La participación de los habitantes es una herramienta importante, mejora los resultados de las políticas públicas sobre la ciudad, y así obtener un mejor conocimiento de los mecanismos reales de formación de necesidades”. La planificación participativa con niños y jóvenes generó mayor conocimiento de su entorno y proyectos urbanos, pero también activó procesos más amplios al involucrar al gobierno municipal, logrando transformaciones en infraestructura y en estrategias de intervención que consolidaron la participación juvenil como un eje clave del desarrollo local.
En Perú, no existen muchas investigaciones científicas que aborden el desarrollo local de comunidades bajo la tutela territorialista, salvo, la investigación de Gálvez-Tirado (2020), donde el objetivo fundamental de esta iniciativa radica en la creación de escenarios estratégicos en el marco de un proyecto territorial dirigido al valle de Lambayeque. Plantea que el proceso se llevará a cabo empleando un enfoque que pone énfasis en la interacción entre las personas, la vida, y el entorno, con el propósito de restituir una identidad característica a través de la comprensión de las dinámicas que ocurren entre el entorno natural, la cultura y el entorno construido en esa región.
Entre los antecedentes locales se han identificado dos aportes relevantes provenientes de literatura gris vinculada al Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP). El primero corresponde a Carrasco-Quinteros (2022), quien examina la revalorización del patrimonio territorial a partir de la noción de paisaje productivo; el segundo, a Chiquinta-Campos (2023), que analiza los paisajes y dinámicas territoriales asociadas a la actividad forestal en el área de estudio. Ambos trabajos comparten un mismo objeto de investigación, se inscriben en un marco territorialista común y emplean la lectura por ciclos de territorialización (T–D–R). Por su carácter de literatura gris, se integran en este artículo como referentes útiles para contextualizar la evolución reciente del enfoque territorial a escala local.
Sobre dichos antecedentes, el presente trabajo operativiza la lectura territorialista en el Santuario Histórico Bosque de Pómac a través de la elaboración de cartografía multicapas —que integra la hidrogeomorfología, la estructura ecosistémica, la estructura perceptiva y los bienes culturales, así como la morfología y la articulación urbano–rural–silvopastoril–natural—; la construcción de un atlas patrimonial concebido como dispositivo de análisis histórico-ambiental; la aplicación del marco T–D–R para la interpretación de secuencias de territorialización, desterritorialización y reterritorialización; y la discusión de lineamientos orientados a la conservación y al desarrollo territorial del santuario. Esta propuesta metodológica se sustenta en los repertorios y en la sintaxis cartográfica de los planes paisajísticos de Toscana y Puglia, como se evidencia en las Figs. 7-9 (Regione Toscana, s. f.; Regione Puglia, s.f.)
Siguiendo a Rivasplata-Varillas (2014), los ciclos de territorialización no son lineales sino dinámicos y superpuestos: distintas escalas y actores construyen significado y apropiación sobre el territorio a lo largo del tiempo. Se distinguen tres momentos: (1) territorialización inicial, anclada en prácticas tradicionales y memorias colectivas; (2) reterritorialización, como respuesta a nuevas dinámicas económicas, políticas y ambientales que redefinen usos, representaciones y control del espacio; y (3) desterritorialización, como ruptura o fragmentación provocada por intervenciones externas (p. ej., expansión urbana o actividades extractivas), que puede activar resistencias o nuevas apropiaciones colectivas. Este artículo emplea este marco para reinterpretar las transformaciones históricas y recientes del SHBP, articulando evidencia cartográfica y documental.
La desterritorialización del bosque seco es un fenómeno que ha despertado interés en la investigación científica. Este proceso se ha estudiado en diversas regiones, como el bosque seco del Marañón en Perú (Linares-Palomino et al., 2022), la Estación Biológica Caparú en Colombia (Ravello y Masias, 2018), el Valle de Agalta en Honduras (Liriano y Arias, 2023) y el bosque seco de Zirándaro en Guerrero, México (Powers, 2019). Estos estudios han revelado la importancia de conservar estos ecosistemas, ya que albergan una diversidad única de especies de plantas leñosas (Figueroa y Stucchi y Rojas, 2016), aves (Cano y Stevenson, 2008), y flora (Mora et al., 2017). Además, se ha demostrado que la transformación de estos bosques, ya sea por actividades como la agricultura y ganadería (Powers, 2019), puede tener un impacto significativo en la ecología del bosque seco.
La conservación de estos ecosistemas se ha destacado como una prioridad, y se han propuesto medidas como la creación de programas de pagos por servicios ambientales (Liriano y Arias, 2023), y la reforestación con árboles tolerantes a la sequía (Fuentes-Hernández et al., 2019). Además, se ha subrayado la importancia de comprender la regeneración natural de las especies forestales en el bosque seco tropical (Cabrera et al., 2020), así como de evaluar los efectos sociales de los posibles cambios climáticos en estos ecosistemas (Powers, 2019). La desterritorialización del bosque seco es un fenómeno que no solo afecta la ecología, sino que también tiene implicaciones en el ámbito antrópico. Como es el caso del Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), siendo una reserva natural de bosque seco, cuyo árbol representativo es el algarrobo. Está conformado a su alrededor por trece caseríos, que son: La Curva, Huaca Partida, La Zaranda, Los Aguilares, Pómac III, Santa Rosa de las Salinas, Sapamé, Los Sánchez, Huaca Rivera, La Piña, El Verde, Santa Clara, y Ojo de Toro. El río La Leche lo atraviesa de oriente a occidente y presenta un complejo arqueológico de Sicán. Todo esto envuelto en una zona de amortiguamiento que colinda con los distritos de Jayanca, Pacora, Illimo, Túcume y Mochumí (Fig. 2).
FIG. 2. Mapa de Santuario Histórico Bosque de Pómac y su relación con los vestigios prehispánicos (huacas) y actuales caseríos
Fuente: Elaboración propia consultando los documentos públicos de Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016, Mapa Base del SHBP de Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) (2017) y Mapa Base de SHBP del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA)
La transformación de estos ecosistemas, ya sea por la introducción de actividades como la agricultura y ganadería, la tala selectiva o incendios, puede tener un impacto negativo en la estructura y dinámica de estos bosques. La relación entre la desterritorialización del bosque seco y la disciplina urbanística es crucial, ya que la conservación de estos ecosistemas requiere considerar su integración con el entorno urbano. Además, es fundamental evaluar el impacto de la urbanización en la fragmentación del hábitat y la pérdida de biodiversidad en estas áreas. La comprensión de la desterritorialización del bosque seco desde una perspectiva urbanística también puede influir en la implementación de políticas de gestión del territorio, como la reforestación con especies tolerantes a la sequía. Se afirma que la desterritorialización del bosque seco no solo tiene implicaciones ecológicas, sino que también afecta la planificación urbana y el desarrollo sostenible. La integración de la disciplina urbanística en la conservación y gestión de estos ecosistemas es fundamental para garantizar su preservación a largo plazo.
El tipo de investigación según Ludeña, Milton y Valdivia (2020) es tecnológico con nivel de estudio explicativo, de indagación básica y enfoque cualitativo y de diseño no experimental. El escenario de estudio estuvo conformado por los 13 caseríos (La Curva, Huaca Partida, La Zaranda, Los Aguilares, Pómac III, Santa Rosa de las Salinas, Sapamé, Los Sánchez, Huaca Rivera, La Piña, El Verde, Santa Clara, y Ojo de Toro) localizados en el área de amortiguamiento donde se encuentra el Santuario Histórico Bosque de Pómac. “Con 5887,36 hectáreas abarca territorios de los distritos de Pítipo en la provincia de Ferreñafe, así como de Túcume, Íllimo y Pacora en la provincia de Lambayeque” (Coronel-Calle, 2020).
La metodología utilizada está basada en la analítica para la proyección identitaria del territorio propuesta por Alberto Magnaghi y la escuela territorialista italiana. Se consideraron dos aspectos el cultural y el natural, que conllevan a los sedimentos territoriales compuesto por sedimentos cognitivos y sedimentos materiales. El sedimento cognitivo está conformado por los saberes ambientales, modelo social y cultural, y saberes productivos y artísticos; de donde se obtuvieron, mediante la observación visual, visitas de campo y revisión documentaria, las capas de hidrogeomorfología, estructura ecosistémica, carta del grupo ecológico, estructura perceptiva y carta de bienes culturales. Mientras que, los sedimentos materiales constituidos por las permanencias, persistencias e invariantes estructurales y neoecosistemas ambientales; se obtuvieron mediante el mapeo y cartografía, visitas de campo y análisis de contenido las capas de morfología territorial, territorio urbano rural, silvopastoral y natural y asentamientos (edificaciones e infraestructuras). La selección y jerarquización de capas se apoya en repertorios metodológicos de los planes paisajísticos de Toscana y Puglia, que orientan la lectura multiescalar del territorio y la traducción cartográfica de los valores patrimoniales. (Regione Toscana, s. f.; Regione Puglia, s. f.) Todas estas capas conllevaron a la propuesta de un atlas patrimonial cuyo propósito es contribuir con el análisis de las condiciones de preservación, promoción y desarrollo del patrimonio, analizando los ciclos de territorialización en el Santuario Histórico Bosque de Pómac (Fig. 3).
FIG. 3. Metodología analítica para la territorialización del SHBP
Fuente: Elaboración propia basándose en el esquema de Alberto Magnaghi sobre la metodología analítica
Esta metodología, considera al territorio como un organismo vivo que transita de un estado de desvinculación a uno de reconexión territorial, facilitando así el crecimiento conjunto del patrimonio en sus aspectos sociales, culturales, económicos y medioambientales. Para el desarrollo cartográfico se tuvo en cuenta el estudio territorialista realizado en el Piano paesaggistico territoriale regionale di Puglia, además se usaron herramientas de visualización por satélite georeferencial, como Google Earth y ArcGIS en combinación con un software de dibujo digital, como Autocad y Photoshop.
El Santuario Histórico Bosque de Pómac, ubicado en la costa norte del Perú, ha sido testigo de una serie de transformaciones territoriales a lo largo del tiempo, las cuales han dejado huellas en su paisaje. Estas transformaciones han sido representadas a través de un conjunto de cartografías de las cinco fases desde los primeros asentamientos humanos hasta la actualidad. Se busca comprender los procesos que han dado forma a este espacio natural y cultural. Según Rivasplata- Varillas (2014), en su artículo “Cambio de Paisajes de la costa norte peruana desde una perspectiva histórica y geográfica” expone que el terreno es el área concreto modelado y estructurado por las sociedades benefactoras a través de un acopio de prácticas deslucidas y triunfantes que ha dado como resultado los efectos obtenidos de esta cultura geográfica: los horizontes.
Fase 1: La evolución de las huellas nómadas a la fase sedentaria (10 000 a.C. – 1800 a.C.)
El proceso de transición de las sociedades cazadoras-recolectoras a sociedades sedentarias en la costa norte del Perú fue un fenómeno que implicó importantes cambios en la forma de vida de las poblaciones locales. No se encontró información específica en ese período del Santuario Histórico Bosque de Pómac y la cartografía presentada se hizo en base a una hipótesis de escritos generales de la región. Durante milenios, en la fase nómada (10 000 a.C. - 5500 a.C.), los primeros pobladores de esta región dependen de la caza, la pesca y la recolección de recursos naturales para su subsistencia, hombres nómadas que vivían en zonas de refugio cercanos al mar o a los ríos (Rivasplata- Varillas, 2014). Se tuvo una fuerte relación hombre – naturaleza, rigiéndose a los cambios climáticos y a la vida de algunos animales y plantas.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el desarrollo de técnicas de cultivo y el surgimiento de aldeas sedentarias marcaron un cambio significativo en su estilo de vida (Gutiérrez, 2012). Este periodo corresponde a la era sedentaria (5500 a. C.–1800 a. C.), caracterizada por la transición hacia una sociedad arcaica asentada en un lugar fijo, en la que se sientan las bases para el surgimiento de diversas culturas (Rivasplata-Varillas, 2014). Durante este período, la población adquiere una estructura jerárquica y se erigen centros ceremoniales que siguen un enfoque particular, centrado en la creación de núcleos centrales en armonía y adaptación con la naturaleza circundante (Ludeña- Urquizo, 2008).
Fase 2: Sociedades formativas (1800 a.C. – 500 a.C.)
Durante este período, se construyó el magnífico centro ceremonial conocido como el Templo de las Columnas en Huaca Lucía - Chólope, dentro del SHBP. El emplazamiento del centro ceremonial, en la planicie aluvial, a lo largo del cauce del río La Leche, demuestra la jerarquía de la horticultura en estas culturas instructivas, cuyas huellas pueden descubrirse en los vestigios de habitación de estos pueblos (SERNANP, 2016). La forma y dirección en la que se ubican los sitios ceremoniales en los valles desempeñan un papel fundamental en la formulación de ideas sólidas relacionadas con la administración y regulación del espacio territorial (Fig. 4).
La orientación y distribución de los centros ceremoniales en los valles conllevan a establecer claros conceptos en el manejo y dominio del espacio territorial (…) Para este periodo, en el ámbito del Santuario Histórico Bosque de Pómac, se ha podido documentar el impresionante Centro Ceremonial del Templo de las Columnas de Huaca Lucía-Chólope, el cual, al momento de su abandono hacia los años 700 a 600 a.C., fue intencionalmente enterrado bajo toneladas de arena y niveles sellados dispuestos cuidadosamente con capas de barro. (SERNANP, 2016, p. 41).
FIG. 4. Transformaciones del Santuario Histórico Bosque de Pómac: Fase 1 y Fase 2
Fuente: Elaboración propia consultando el Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016 y documentos
Fase 3: Era de ocupación (500 a.C. – 1533 a.C.)
Durante las fases iniciales de colonización del territorio en el Bosque de Pómac, que abarcan los períodos Intermedio Temprano (100 a.C. - 700 d.C.) y Lambayeque - Sicán (800 d.C. - 1350 d.C.), según Shimada (1995), se desarrolló la denominada tradición cultural Sicán. Esta última etapa se divide, en términos cronológicos, en tres fases distintas: Sicán Temprano (700 d.C. - 900 d.C.), Sicán Medio (900 d.C. - 1100 d.C.) y Sicán Tardío (1100 d.C. - 1350 d.C.). Durante este período, estas civilizaciones lograron una explotación sostenible de los recursos disponibles en el bosque y el río La Leche, utilizando estos recursos para obtener alimentos, apoyar su producción y utilizarlos como materia prima en la elaboración de artesanías.
A la ingente riqueza natural, biológica, botánica y faunística del Bosque de Pómac se agrega, entonces, la herencia material e inmaterial de las civilizaciones que lo poblaron en la historia, y que dejaron huellas ejemplares y testimonios en el paisaje. Nos referimos, en específico, a las veinte pirámides de adobe construidas según los cánones estéticos y arquitectónicos de la cultura Lambayeque - Sicán (800-1350 d.C.) y que interrumpen la uniformidad del paisaje vegetal. Dichas construcciones, diseminadas por el Bosque, quizás representen el ejemplo más llamativo de esta gran cultura que moldeó el territorio durante el último siglo del Horizonte Medio (500-900 d.C.) y la primera parte del Periodo Intermedio Tardío (900-1470 d.C.) (Aimi y Perassi, 2015).
En esta etapa, encontramos el conjunto conocido como Sicán Medio (900 d.C. - 1100 d.C.), que incluye huacas1 las cuales formaban parte de un tipo de asentamiento con funciones políticas y religiosas, como los son Rodillona, Castañeda, Caracol, Sontillo, Moscón, El Toldo, Ingeniero, El Oro, Las Ventanas, Botijas, Los Cerritos, El Corte, Letrada y Abejas (Shimada, 1995). Además, se puede observar el establecimiento incipiente de la cultura Mochica, por la presencia de la Huaca Soledad, se destacó por su agricultura intensiva, basada en un sofisticado sistema de riego, así como por su activo comercio.
Los muros almenados rodean estructuras que sirvieron aparentemente de residencia a los miembros de los linajes de la elite sacra del periodo Sicán Medio quiénes, cuando fallecían, eran enterrados allí y de este modo su residencia se convertía en su tumba. (…). Las comunidades subalternas distribuidas en el territorio, gobernados por sus descendientes, conservaron y veneraron su memoria, cuyos soportes materiales, los edificios en la proximidad de las tumbas, se inscribieron en el paisaje sacralizado de la cuenca baja de La Leche (Aimi, Makowski y Perassi, 2017, p. 106)
Por otro lado, el ciclo intervalo tardío y horizonte tardío, el núcleo Lambayeque - Sicán, en el SHBP., fue abandonado hacia el año 1150 d.C., inducidas por aguaceros y desbordamientos habidas al fenómeno El Niño. Esta es la máxima conexión simbiótica entre la unidad cultural del Santuario Histórico Bosque de Pómac y el entorno natural ocurre en situaciones de inundación. Esto se materializa en la elección deliberada por parte de los constructores del complejo Lambayeque - Sicán de permitir que los mausoleos reales en los templos se inunden con aguas subterráneas durante la temporada de lluvias, que es el verano. Este acto refleja la creencia en que el agua, como elemento del proceso natural de renovación, entra en contacto con los objetos funerarios y las sepulturas de los ancestros reales, lo que se percibe como una contribución a la generación de recursos abundantes para la sociedad (Aimi y Perassi, 2015). Los moches estuvieron presentes en el valle de La Leche por un período de alrededor de 70 años anteriormente al arribo de los ibéricos. Durante ese tiempo, el Qhapaq Ñan, conocido como el sendero histórico Inca, conectó los bosques de Pómac con el resto del vasto Imperio del Tawantinsuyo, permitiendo una comunicación y articulación efectiva.
Fase 4: Era Colonial (1533 d.C. – 1821 a.C.)
Los centros ceremoniales fueron deshabitados y se construyeron haciendas, para el control de grandes áreas de tierra, surgiendo la época colonial española. Durante el comienzo del período colonial, los cacicazgos o reinos que provenían de la época prehispánica persistieron por un tiempo, siendo el de Jayanca el más destacado en la región.
Por otro lado, hay un elemento cultural nuevo, evidente en los últimos dos siglos, especialmente, aunque ya se presentaba en la época colonial: La enorme depredación de los bosques secos, y en general la reconversión ecológica que ha significado los cambios de los cultivos y sistemas tradicionales de agricultura, que se vienen dando desde la instalación colonial (Aimi y Perassi, 2015, p.69)
Sin embargo, hacia mediados del siglo XVI, se establecieron nuevos modelos económicos y formas de propiedad, mediante la toma de tierras comunales y compras a bajo precio, lo que llevó a un uso más intensivo del bosque para la cría de ganado bovino y caprino y establecimiento de estancias ganaderas en el complejo ganadero de la hacienda Batán Grande (Fig. 5).
FIG. 5. Transformaciones del Santuario Histórico Bosque de Pómac: Fase 3 y Fase 4
Fuente: Elaboración propia consultando el Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016 y documentos
Fase 5: Era contemporánea (1821 d.C. – actualidad)
Desde la época colonial hasta la era republicana, el bosque fue utilizado como fuente de materiales de construcción, mientras que el río La Leche fue aprovechado para la irrigación de cultivos y para usos domésticos. Además, con la implementación de nuevos sistemas productivos, se comenzaron a utilizar los recursos naturales del área para la cría de ganado y la apicultura. Asimismo, alrededor del SHBP se fueron formando caseríos y distritos como Jayanca (1857), Íllimo (1861), Mochumí (1919), Pacora (1961) y Túcume (1964).
Karl Weiss fue pionero en la actividad apícola, que incluía la cría de abejas europeas a gran escala, así como el establecimiento de una fábrica como centro de producción y la utilización de la apicultura. “Desde 1930 hasta la Reforma Agraria de 1969, los dueños de la hacienda Batán Grande, se entregaron al huaqueo sistemático” según Aimi y Perassi (2015). Asimismo, la Reforma Agraria, afectó a la Sociedad Agrícola Pucalá, a la cual pertenecía la hacienda Batán Grande. A partir de la década de 1970, se iniciaron una serie de procesos de invasión en el área, que continuaron incluso hasta el año 2001. Los ríos fueron aprovechados para la irrigación dando inicio a la producción agrícola, creando tres canales principales que son Taymi (sur) y Raca Rumi (este). Asimismo, el camino del Qhapaq Ñan fue reemplazado por la carretera Fernando Belaunde Terry.
FIG. 6. Transformaciones del Santuario Histórico Bosque de Pómac: Era contemporánea
Fuente: Elaboración propia consultando el Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016 y documentos
El SHBP está localizado en la zona baja de la cuenca del valle La Leche, que ha sido renombrado como Lercanlaech, con un relieve relativo de 0 m a 600 m. Este río fluye con agua únicamente desde noviembre hasta abril, con un caudal de aproximadamente 60 m³/seg, y en ciertos días durante los meses de mayo a octubre, se seca por completo. En los períodos de sequía, no hay flujo constante de agua a lo largo del año, excepto en algunos años del fenómeno El Niño (ENSO), cuando puede alcanzar un caudal de hasta 1000 m³/seg. (SERNANP, 2010, p. 19). Desde tiempos prehispánicos, el canal Taymí (Sicán) se ubica en una zona de amortiguamiento (ZA) y su caudal ha sido restaurado gracias al proyecto Tinajones, proporcionando agua de riego a diversas áreas. El agua subterránea se considera asimismo un recurso hidrológico de importancia en la reserva, y se puede encontrar a profundidades que oscilan entre 18 m y 20 m (Cuentas, 2019). El agua subyacente es además un trascendente recurso hidrológico. El potencial del acuífero se presume en 250 lt/seg. (Ramírez, 2021).
Se caracteriza por tener un clima cálido y soleado durante gran parte del año con temperaturas máximas que pueden alcanzar los 34°C durante los meses de febrero y marzo. Las lluvias son eventuales, y pueden registrarse entre los meses de noviembre a mayo, pudiendo ser abundantes en épocas del Fenómeno del Niño. La especie de mayor importancia ecológica en el Santuario Histórico Bosque de Pómac es el algarrobo; esta especie predomina en el 77,43% de la extensión del área natural protegida (Coronel-Calle, 2020).
Presenta un mosaico disperso de suelos variados. En zonas aledañas a los cultivos se encuentran plantas de algarrobo, sapote, faique, que son especies prioritarias adaptadas a duras condiciones (MINAM, 2019). Al norte del río La Leche, las tierras son aptas para la protección y tierras de cultivo en limpio; mientras que, al sur las tierras son de protección, aptas para cultivo en limpio y potencial energético. Esta paleta de tipos de ecosistema se ve limitado por el recurso hídrico, debido a que se altera las condiciones de riego. “Este cauce es activado cíclicamente por las lluvias ocasionadas por el Fenómeno El Niño, colmando el valle de sedimentos fértiles aprovechados por una agricultura que mantiene cultivos ancestrales a partir de un sistema de riego que conserva aún canales prehispánicos” (SERNANP, 2019). (Fig. 7).
FIG. 7. Mapa de Hidro geomorfología y Estructura Ecosistémica
Fuente: Elaboración propia consultando los documentos públicos de Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016, MINAM y INRENA, a partir del análisis del Piano Paesaggistico Territoriale Regionale di Puglia http://www. sit.puglia.it/ y marco del PIT/PPR
La zona más notoria son las tierras para cultivos en limpios, siendo de un nivel más alto los colindantes a las zonas ribereñas, por su proximidad hídrica, y en la zona norte debido a que fue una alteración antrópica por la toma de tierras para la producción. Dentro del bosque de Pómac predomina la tierra de protección al ser un área natural protegida. “Durante el 2001, invasores foráneos invadieron el SHBP en los sectores de Palería y Poma II, talando casi el 29% (1706 hectáreas) de la totalidad del bosque para construir viviendas y desarrollar actividades agrícolas” (Coronel- Calle, 2020).
La implementación de la carta del “Grupo Ecológico” proporciona un marco valioso para la conservación de vertebrados al considerar las necesidades específicas de las especies y sus hábitats particulares (Smith y Brown, 2020). El sector del bosque de Pómac se dividió en:
–Especies ligadas a cursos de agua o ligadas a riberas o zonas de ribera (ríos): Este enfoque se centra en identificar grupos de especies con necesidades ecológicas similares vinculadas a ambientes particulares, como los cursos de agua y las áreas ribereñas del río La Leche. En concordancia con los hallazgos de García-Ruiz, Pérez y López (2021), se reconoce la importancia crítica de estos hábitats para especies como anfibios, peces y aves acuáticas, que dependen de la disponibilidad de agua y la vegetación ribereña para su supervivencia
–Especies relacionadas con pastos y áreas abiertas: Según los estudios de Martin, Johnson y Davis (2022), la gestión adecuada de estos hábitats es esencial para mantener la diversidad de especies herbívoras y depredadoras que dependen de los pastizales para alimentarse y reproducirse.
El Santuario Histórico Bosque de Pómac ilustra cómo la interacción entre la naturaleza y la cultura ha configurado un paisaje cultural distintivo. Para comprender la estructura perceptible de este territorio, se llevó a cabo un estudio que integra la exposición de perspectivas significativas y activos culturales, mediante el análisis de sus características históricas, naturales y estéticas. En este documento, se ha elaborado un mapeo exhaustivo de los activos de interés patrimonial y del paisaje natural, donde se pueden encontrar vestigios de antiguas civilizaciones, como la cultura Lambayeque, que implementaron técnicas agrícolas y erigieron infraestructuras para establecerse en la región (Jones, 2006). Además, se pueden observar las huacas y las antiguas conexiones que enlazaban las principales áreas pobladas.
El carácter integrador y comprensivo del actual concepto de Paisaje Cultural incorporó en la calificación del espacio físico a la organización social, las creencias, los saberes de las culturas vivas y a los sentimientos de identidad y pertenencia propios de cada sociedad. De esta manera, los paisajes culturales proveen una visión holística que comprende el desarrollo de la sociedad en su contexto físico y se aleja de la concepción monumental y fragmentada de los orígenes del patrimonio (Contin, 2022).
La estructura perceptiva del SHBP, presenta un territorio con una exposición visual alta debido a que está rodeado de bosque seco. Asimismo, hay un apoyo visual antrópico, como son las huacas y núcleos urbanos; y apoyo visual natural, que son las montañas y el río La Leche. Se genera un conjunto de puntos panorámicos potenciales y vías de interés paisajístico. El Santuario Histórico preserva los recursos naturales que rodean lugares de importancia nacional, albergando ejemplos destacados de patrimonio monumental y arqueológico que son fundamentales para la historia del país. Estas características han convertido al Santuario en un destino de interés cultural y natural, atrayendo a una media de 18 000 visitantes al año y ofreciendo un entorno propicio para el desarrollo del turismo y el ecoturismo (Banco Mundial, 2020). (Fig. 8).
FIG. 8. Mapa de Carta Del “Grupo Ecológico”, y Estructura perceptiva y Mapa de Carta de Bienes Culturales
Fuente: Elaboración propia consultando los documentos públicos de Plan Maestro del SHBP 2011 – 2016, MINAM y INRENA., a partir del análisis del Piano Paesaggistico Territoriale Regionale di Puglia http://www.sit.puglia.it/ y marco del PIT/PPR
El análisis de los morfotipos territoriales surge de la investigación del sistema vial, la delimitación de cursos de agua, como ríos y acequias, así como la distinción entre áreas rurales y urbanas. A través de este análisis, se logra identificar los sistemas de redes territoriales y los ejes viales, tanto transversales como longitudinales. En el área de estudio, destaca como principal red vial emergente el corredor de la carretera Fernando Belaunde Terry, que atraviesa transversalmente la región y se conecta con vías secundarias de importancia. Los sistemas identificados en los alrededores del bosque de Pómac incluyen:
–Sistema reticular en las llanuras agrícolas: son vías secundarias y caminos en forma de red, generalmente su forma son líneas rectas. Se encuentra ubicado entre los valles agrícolas y algunos centros poblados rurales.
–Sistema lineal transversal en las laderas de montañas: su conexión en línea recta con caminos atravesados que descienden hacia los valles.
–Sistema lineal de medianos y pequeños centros: se encuentran centros urbanos pequeños y medianos desarrollados a lo largo de la carretera principal Fernando Belaunde Terry.
–Sistema lineal en valles altos: estructurador de centros urbanos pequeños desarrollados a lo largo de una vía en las laderas del valle La Leche.
–Sistema radial policéntrico del valle: vías que parten de un centro hacia otros centros poblados más cercanos directamente conectados. Se encuentra en medio de los valles agrícolas del SHBP.
La evolución del territorio del valle La Leche ha estado marcada por un crecimiento centrado en la naturaleza y el medio ambiente desde tiempos prehispánicos. Sin embargo, a lo largo de los años, este desarrollo ha sido perturbado y desarticulado (VV.AA., 2013). El crecimiento urbano desorganizado ha fragmentado el territorio, dificultando la consolidación de centros urbanos sólidos y cohesionados. Es poco probable que el desarrollo económico y político conduzca a una reducción en la ocupación territorial de los asentamientos, y también es improbable que se logre la unificación del territorio urbano y rural del valle La Leche.
El mapa de articulación del sistema urbano, rural, silvopastoril y natural representa la síntesis de las elaboraciones relativas en los diferentes aspectos del territorio. El paisaje rural de los valles de La Leche, en el norte del Perú, es el escenario principal donde se desarrolla una agricultura diversificada, destacando cultivos como el arándano, el arroz y la caña de azúcar (Gobierno Regional Lambayeque, 2008). Esta relación entre la comunidad y su entorno, arraigada en la cultura rural, ha sido analizada por autores peruanos como Matos-Mar (2007) y Rostworowski (1999). En sus estudios, resaltan la importancia de la identidad territorial y el manejo sostenible de los recursos naturales en la configuración del paisaje y en la preservación de la biodiversidad en esta región. Esta interacción entre sociedad y medio ambiente define la identidad territorial diferenciada del valle de La Leche, caracterizado por un sistema agrícola articulado y una rica diversidad paisajística (Fig. 9.).
FIG. 9. y Morfología Territorial + Transformación de los asentamientos y Articulación Del Territorio Urbano, Rural, Silvopastoral y Natural
Fuente: Elaboración propia consultando los documentos públicos MINAM y INRENA y fuente de Google Earth, a partir del análisis del Piano Paesaggistico Territoriale Regionale di Puglia http://www.sit.puglia.it/ y marco del PIT/PPR Toscana
La investigación realizada en el Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP) brinda una profunda comprensión de la interacción entre la naturaleza y la cultura. Los hallazgos resaltan lo afirmado por De-Bonis y Giovagnoli (2019) y Watson (2009), la importancia de adoptar un enfoque integral y participativo en la planificación y gestión del territorio, en línea con los principios de la escuela territorialista italiana propuesta por Magnaghi (2011). Esta metodología sienta las bases para la creación de un atlas patrimonial que contribuye al análisis de las condiciones de conservación, promoción y desarrollo del patrimonio en la región. Este atlas, a su vez, forma parte de la primera parte del proceso de territorialización dentro de una serie de pasos propuestos por la escuela territorialista que son la desterritorialización y reterritorialización para la elaboración de un escenario estratégico como resultado final.
Mediante una metodología adaptada al contexto latinoamericano y un análisis multisectorial, se ha logrado explorar profundamente la esencia inherente del lugar. En este sentido, expertos como Agrebi (2015), Orozco-Salinas (2020), Ortega (1998), Merino-Del-Río (2021) y miembros destacados de la Iniciativa Latinoamericana del Paisaje (2020), concuerdan en que tanto los elementos tangibles como los intangibles contribuyen al arraigo sociocultural en la comunidad local, marcando una diferencia significativa respecto a enfoques meramente ambientalistas. Estos autores reconocen al territorio como un sistema complejo que abarca aspectos físicos, sociales, culturales y ambientales, subrayando la importancia de promover un desarrollo local sostenible que honre la identidad y los valores propios de cada localidad.
FIG. 10. Fotos del Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP)
Fuente: Elaboración propia
FIG. 11. Fotos del Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP)
Fuente: Elaboración propia
Uno de los hallazgos más significativos de esta investigación radica en la identificación de ciclos de territorialización a lo largo de la historia del Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), desde la era prehispánica hasta la contemporaneidad. Estos ciclos revelan cómo las sociedades han interactuado con el entorno natural, adaptando sus prácticas culturales y económicas a lo largo del tiempo, tal como argumentan autores destacados como Aimi y Perassi (2015), Rivasplata-Varillas (2014) y Shimada (1995). Se resalta la importancia crucial de preservar los ecosistemas de bosque seco, que albergan una biodiversidad única de especies vegetales como el algarrobo, así como una variada fauna y flora, al tiempo que se pone de manifiesto el impacto significativo de la transformación de estos bosques en la ecología regional.
La información recopilada de las capas sistematizadas, tanto en aspectos culturales como naturales, ha generado sedimentaciones territoriales que incorporan elementos cognitivos y materiales, según señala Gisotti (2012). Cabe mencionar que algunas capas, como los paisajes costeros, valor ecológico, morfotipología rural, morfotipología urbana y la transformación del suelo agroforestal, no fueron consideradas debido a que para este artículo solo tomaron las más representativas para la investigación y otras no se tomaron debido a la ubicación del área de estudio. Además, se creyó conveniente unir los mapas de estructura perceptiva con carta de bienes culturales, debido a que se complementa la información, al igual que la unificación del mapa de morfología territorial con asentamientos.
En primer lugar, el análisis de la hidrogeomorfología resalta la importancia de los recursos hídricos en la biodiversidad y el paisaje. Por otro lado, la estructura ecosistémica revela la diversidad y vitalidad de los ecosistemas presentes, subrayando la necesidad imperante de su conservación para mantener la sostenibilidad ambiental. Asimismo, la implementación de la carta del “Grupo Ecológico” contribuye significativamente a la protección de la biodiversidad y a la armonización entre la vida silvestre y las actividades humanas. En términos de la estructura perceptiva y la carta de bienes culturales, se evidencia la interacción entre la naturaleza y la cultura en el paisaje, enfatizando la importancia de conservar el patrimonio cultural y promover prácticas sostenibles. El análisis de la morfología territorial y la transformación de los asentamientos resalta la urgencia de preservar los paisajes culturales y naturales frente a los cambios históricos y el desarrollo contemporáneo. Finalmente, la articulación del territorio entre zonas urbanas, rurales, silvopastoriles y naturales destaca la diversidad de usos del suelo y la interacción entre actividades humanas y ecosistemas naturales. (Fig. 9).
En este estudio, investiga la importancia de integrar el patrimonio territorial y la creación de paisajes culturales en el contexto del Santuario Histórico Bosque de Pómac, destacado por su valor histórico y natural. Este santuario ofrece un caso relevante para comprender la interacción entre la conservación del patrimonio y el desarrollo sostenible. A lo largo del artículo, se analiza detalladamente la relación entre el patrimonio territorial y los paisajes culturales, subrayando su papel fundamental en la promoción de la sostenibilidad y la preservación del arraigo cultural en la región. Se abordaron aspectos clave como la comprensión de las transformaciones territoriales a lo largo del tiempo, la valoración del patrimonio cultural y natural, así como la interacción entre la naturaleza y la cultura, para ofrecer una visión integral de la gestión del territorio en el Bosque de Pómac.
El estudio enfatiza la necesidad crítica de integrar el patrimonio territorial y la creación de paisajes culturales en el Santuario Histórico Bosque de Pómac como un enfoque fundamental para promover la sostenibilidad y preservar el arraigo cultural en la región. Se destaca la importancia de reconocer las conexiones históricas con el medio ambiente y la significativa herencia dejada por las antiguas civilizaciones. Se concluye que la interacción entre la naturaleza y la cultura ha dado forma a un paisaje cultural distintivo en el Bosque de Pómac, subrayando la necesidad de conservar esta relación para promover un desarrollo sostenible y respetuoso con la identidad local. Se recomienda la implementación de estrategias de gestión integrada del territorio que aborden aspectos multidisciplinarios, desde la hidrogeomorfología hasta la articulación entre las zonas urbanas y rurales, con el fin de garantizar la sostenibilidad ambiental y el bienestar de las comunidades locales. En conjunto, estas conclusiones subrayan la importancia de una gestión integral y sostenible del territorio en el Santuario Histórico Bosque de Pómac, con un enfoque en la interacción entre los elementos naturales y culturales para promover un desarrollo armonioso en consonancia con la historia y la identidad de la región.
Se sugiere como futuras líneas de investigación la aplicación del uso de tecnologías geoespaciales para el monitoreo del paisaje cultural, el impacto del turismo sostenible en la conservación del patrimonio, la participación comunitaria en la gestión del territorio y la educación ambiental para promover la conservación y el uso sostenible de los recursos en el Santuario Histórico Bosque de Pómac. Estas investigaciones son fundamentales para avanzar hacia una gestión integral y sostenible del territorio en armonía con la historia y la identidad regional.
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ANP |
Áreas Naturales Protegidas |
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CE |
Comisión Europea |
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CEP |
Convenio Europeo del Paisaje |
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ENSO |
El Niño-Oscilación del Sur |
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FAO |
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura |
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INRENA |
Instituto Nacional de Recursos Naturales |
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LabPSM |
Laboratorio de Ciudades y Territorios en los países del Sur del mundo |
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LALI |
Iniciativa Latinoamericana de Paisaje |
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LTECS |
Laboratorio Desarrollo de Tecnologías Sociales |
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MINAM |
Ministerio del Ambiente |
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RAE |
Real Academia Española |
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SERNANP |
Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado |
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SHBP |
Santuario Histórico Bosque de Pómac |
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UNEB |
Universidad del Estado de Bahía |
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UNESCO |
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Los autores agradecen los comentarios y sugerencias realizados por los evaluadores anónimos, que han contribuido a mejorar y enriquecer el manuscrito original.
Este artículo deriva de la tesis de licenciatura de la autora principal, orientada al Santuario Histórico Bosque de Pómac, donde se ensayó la construcción de un atlas patrimonial desde la metodología territorialista (Chiquinta-Campos, 2024). Aquí se amplía y sistematiza ese antecedente, articulándolo con los planes paisajísticos de Toscana y Puglia como guías metodológicas de lectura multiescalar. (Regione Toscana, s. f.; Regione Puglia, s. f.)
1Sitios o edificaciones dedicados a la adoración de las deidades en ciertas civilizaciones precolombinas de América. RAE (2016).