La publicación de este número del Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional viene acompañada de algunos cambios significativos. En enero de 2018 se ha producido un cambio en su dirección, y justamente antes de la publicación del número y con este ya prácticamente ultimado, se ha llevado a cabo la renovación del secretario.
En este contexto, es imprescindible dedicar unas palabras sinceras y efusivas a reconocer el gran trabajo realizado por Francisco Fernández Segado, uno de nuestros constitucionalistas más ilustres, que ha sido director del Anuario desde su creación, convirtiéndolo en una publicación de referencia en España y en Iberoamérica. Por este motivo, consideramos justo que su nombre figure como fundador en los sucesivos números.
Por otro lado, queremos expresar nuestro reconocimiento y profunda gratitud a Alberto Oehling de los Reyes, quien ha actuado como secretario hasta el momento de la publicación del número, habiendo dejado esta labor por voluntad propia, y cuyo trabajo ha sido esencial para facilitar la labor de quienes firmamos esta presentación, pero sobre todo para mantener y sacar adelante la publicación desde su origen, y especialmente en esta etapa de transición.
En esta nueva etapa, nos hemos propuesto mantener los elementos esenciales que dan valor al Anuario, y al tiempo seguir trabajando para alcanzar los máximos estándares de calidad científica. Hemos iniciado así una actualización y ampliación de los Consejos de Redacción y Asesor. Cabe destacar la incorporación a este último de prestigiosos especialistas de otros países europeos, siempre que su actividad académica o sus investigaciones se hayan orientado de algún modo a la justicia constitucional iberoamericana. También se han ampliado los evaluadores y, en general, se ha procedido a una revisión de los órganos de gestión y los procedimientos de publicación, con el objetivo de avanzar en el logro de una publicación de máxima calidad científica y nivel académico, cuyos contenidos respondan a su título, estén adecuadamente sistematizados y constituyan trabajos innovadores y relevantes en la materia.
Pretendemos que en esta nueva etapa se logren estos objetivos ambiciosos, ya que estamos plenamente convencidos de la necesidad y la utilidad de una publicación con este perfil para todos los estudiosos de la justicia constitucional en Europa y América. Todo nuestro trabajo, así como el del nuevo secretario, David Delgado Ramos, irá en esta línea, en la que nos sabemos apoyados por los miembros de los Comités de Redacción y Asesor, así como por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y su dirección.
El Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional está al servicio de toda la comunidad jurídica, especialmente de los constitucionalistas iberoamericanos, y de aquellos europeos que se dedican a esta temática. Solo con el apoyo de los autores, y de todos los estudiosos como lectores interesados, este objetivo será posible.
Por último, para simbolizar esta nueva etapa, y sobre todo para adecuarnos a la estética del resto de las revistas del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, hemos cambiado la imagen del Anuario, que esperamos ayude a identificar esta publicación como la revista periódica del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales dedicada a la justicia constitucional iberoamericana.